La Tercera │ Columna de Anuar Quesille: La preocupante regresividad en el presupuesto para la niñez y adolescencia


La Defensoría de la Niñez año a año realiza recomendaciones para el presupuesto de los diversos órganos del Estado relacionados con niños, niñas y adolescentes, contrastando nuestras observaciones al sistema con lo que dispone el proyecto de ley que se presenta para la discusión parlamentaria. Para el 2025, nuestro análisis es muy preocupante, pues existen riesgos inminentes de regresividad en la garantía de derechos en materias prioritarias que, además, han sido identificadas por los mismos niños, niñas y adolescentes.

Aunque hay un aumento en la asignación de recursos para algunas materias de seguridad pública, deporte y cultura, hay ámbitos que han presentado una mayor demanda por acceso y su presupuesto no exhibe ningún cambio; es más, en otras retrocede y hay algunas que derechamente son omitidas.

Preocupa que no se incrementen los recursos destinados a la salud mental para la niñez y adolescencia. La salud mental es un derecho, pero los indicadores oficiales muestran que desde 2021 al 2023 hubo un aumento del 34% en la tasa de suicidio en niños, niñas y adolescentes, y de 58% en adolescentes de 16 y 17 años. Para los niños y niñas que viven en residencias es una urgencia y una prioridad, porque es una de las causas más importantes de la violencia, o los malos tratos entre pares. En este sentido, la respuesta del Estado en el presupuesto inquieta. En general, se observa una mantención de glosas tales como, el programa PASMI de Chile Crece Contigo, así como de las unidades hospitalarias de especialidad psiquiátrica, pero no se evidencia un fortalecimiento de los programas de tratamiento de SENDA para los niños, niñas y adolescentes bajo protección del Estado. Debido a la urgencia de respuesta por parte del Estado, el no fortalecimiento de estas asignaciones resulta alarmante.

Tampoco es priorizado el acceso a la justicia de niños, niñas y adolescentes víctimas. Hemos observado que las asignaciones de los programas de representación jurídica “Mi abogado” y “La Niñez y la Adolescencia se Defienden” se mantienen sin variaciones. Esto resulta urgente de abordar dada la alta carga de causas que están recibiendo estos programas.

Una vez más, constatamos que la niñez y adolescencia en situación de calle se encuentra ausente, advirtiendo la no continuidad del programa Red Calle Niños. Si bien se incluye una glosa para el programa “Noche Digna” para recibir de urgencia a niños y niñas, ésta carece de la especialidad y continuidad en la atención de este grupo prioritario de la población. Cabe recordar que existe una medida cautelar interpuesta ante la CIDH contra el Estado de Chile, por esta materia.

Ahora está en manos del Congreso Nacional priorizar la garantía efectiva de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, visibilizar sus urgencias y abordarlas con recursos adecuados, para pasar desde los estándares a la implementación real, en consonancia con el sistema de garantías y protección integral que pretende instaurarse.

Por Anuar Quesille, Defensor de la Niñez.

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